TOM O'BEDLAM
De la bruja y el duende voraz que podrían dejaros en harapos, el espíritu que en el Libro de las Lunas va con el desnudo pido que os defienda, para que nunca os abandonen los cinco lúcidos sentidos ni vaguéis con Tom lejos de vosotros mendigando rocino en otras tierras, mientras yo canto: comida o alimento, ropas, bebida, algún sustento, acércame sin miedo, seas doncella o dama, que el humilde Tom no te hará nada. De treinta años completos veinticuatro he vivido enfurecido y, de cuarenta, cuarenta y cuatro en firme cárcel he pasado preso en el señorial desván de Bedlam* con barba suave y primorosa, fieros grillos, látigo cantor, y hambre suculenta y aun copiosa, y ahora canto: comida o alimento, ropas, bebida, algún sustento, acércame sin miedo, seas doncella o dama, que el humilde Tom no te hará nada. Me engatusó una Magdalena y con un tazón de hierbas estofadas que me dio un enano, bendito sea Dios, vine a dar en este alelamiento. No he dormido desde la conquista; antes nunca había estado en vela hasta que el pilluelo del amor me halló tumbado y me dejó en cueros. Y ahora canto: comida o alimento, ropas, bebida, algún sustento, acércame sin miedo, seas doncella o dama, que el humilde Tom no te hará nada. Cuando me hayas recortado bien las cerdas y apurado la bota hasta el final en una taberna empeñaré el pellejo como si un atuendo de oro fuera; tengo a la luna por amada constante y por camarada al adorable búho; el flamígero dragón y la lechuza entonan la melodía de mi pena. Pero yo canto: comida o alimento, ropas, bebida, algún sustento, acércame sin miedo, seas doncella o dama, que el humilde Tom no te hará nada. Se me paralizaría el pulso si os robara un pollo o un marrano, me llevara una paloma o dejara sin pareja al gallo o a la gallina clueca. Cuando quiero una pitanza, ceno con Humphrey, y luego me voy a reposar en el campanario de Saint Paul sin miedo a las almas en pena. Por eso mientras canto, comida o alimento, ropas, bebida, algún sustento, acércame sin miedo, seas doncella o dama, que el humilde Tom no te hará nada Sé más que Apolo, pues a menudo, cuando él duerme, veo que las estrellas heridas por guerras sanguinarias en el firmamento se echan a llorar. La luna abraza a su pastor y la Reina del Amor a su guerrero; una cornea al astro matutino y la otra al herrero celestial. Mientras, yo canto: comida o alimento, ropas, bebida, algún sustento, acércame sin miedo, seas doncella o dama, que el humilde Tom no te hará nada Nada quiero saber de la amistad de los gitanos Pedro y el Tramposo, desdeño a la puta y maldigo al timador y el alarde de la pandilla callejera. Los mansos, los cándidos y bondadosos pueden venir, tocarme, no evitarme; pero al que enfade al Rinoceronte Tom, más le valdrá ser ágil cual pantera. Pero yo canto: comida o alimento, ropas, bebida, algún sustento, acércame sin miedo, seas doncella o dama, que el humilde Tom no te hará nada Con un tropel de fantasías furiosas que obedezcan a mi mando con lanza de fuego y un caballo de aire vago por páramos salvajes. Un caballero de sombras y fantasmas me convoca a singular torneo diez leguas más allá del fin del mundo: me parece que no es gran cosa el viaje. De todos modos canto: comida o alimento, ropas, bebida, algún sustento, acércame sin miedo, seas doncella o dama, que el humilde Tom no te hará nada |
*Bedlam: manicomio de Londres en la Edad Media y la Moderna.
Anónimo
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